Pese a que los cigarrillos electrónicos no están sujetos a los mismos impuestos que el tabaco, resultan ser más caros en 44 de los 45 países que la Sociedad Estadounidense del Cáncer comparó. Entre las naciones estudiadas se encuentran la mayoría de la Unión Europea, varios países de Asia y de América Latina, al igual que Estados Unidos, Sudáfrica o Australia. El objetivo era conocer de modo empírico si comprar el equivalente a un paquete de tabaco en cigarrillos electrónicos era más económicos debido a que estos últimos no están sujetos a gravámenes tan altos.
Para ello, un equipo liderado por Alex Liber, de la Universidad de Michigan comparó el precio del tabaco con los cigarrillos electrónicos desechables y los no desechables (aquellos que precisan recargarse con nicotina líquida). Las conclusiones señalan que fumar a la vieja usanza es casi un 50% más económico que recurrir al sucedáneo electrónico de usar y tirar: 4,5 € contra 7,9 €. aproximadamente. También descubrieron que, si bien la nicotina líquida para rellenar los cigarrillos cuesta menos que un paquete de cigarrillos, el precio mínimo para comprar el cigarro imitador, está por encima de los 18 euros.
El estudio, publicado en Tobacco Control,busca evidenciar que si el objetivo de los cigarrillos electrónicos es ofrecer una alternativa a los que quieran dejar el tabaco, el hecho de que sea más caro no ayuda. Tampoco colabora que no exista una política de falta de información respecto a los efectos adversos, la falta de regulación y las prácticas publicitarias, señalan.

Juan Scaliter