Una gran parte de la población se decanta por los anticonceptivos orales a la hora de elegir su planificación familiar cuando tiene una pareja estable. Tras muchos años de uso, hemos ido sabiendo más acerca de su efectividad para evitar embarazos (una de las más altas) y también de los efectos secundarios que puede ocasionar en algunas mujeres. De ahí que estén completamente desaconsejados para fumadoras, epilépticas o con riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Ahora, un grupo de científicos añade un riesgo más a la lista: ser obesa.

Según explican en un artículo publicado en la revista especializada Archives of Neurology, las mujeres obesas que usan anticonceptivos orales tienen un mayor riesgo de sufrir un tipo de enfermedad cerebrovascular muy poco común conocida como trombosis del seno venoso cerebral (TVC, por sus siglas en ingles).

Para llegar a estas conclusiones, Jonathan M. Coutinho, director del Centro Médico Académico de Amsterdam, y sus colegas estudiaron a varios pacientes que padecían CVT de dos hospitales distintos. Los 186 casos fueron comparados con los de otras 6.134 personas sanas. Según observaron, los pacientes con CVT eran jóvenes (40 años vs 48), eran mujeres, tomaban anticonceptivos orales y tenían más antecedentes de cáncer que los sujetos que formaban el grupo de control.

Tras observar detenidamente los datos obtenidos, los autores comprobaron que las mujeres con un índice de masa corporal superior a 30 que tomaban anticonceptivos orales tenían 30 veces más posibilidades de padecer CVT que mujeres de peso normal que no los tomaban. Sin embargo, no hubo asociación alguna entre obesidad y CVT entre aquellas mujeres que no tomaban anticonceptivos orales.

Este descubrimiento «podría hacer reacios a los médicos a prescribir anticonceptivos orales a mujeres obesas. Sin embargo, aunque los riesgos relativos se incrementaron sustancialmente, los riesgos absolutos de CVT son pequeños. Por otra parte, no facilitar anticonceptivos orales a estas mujeres podría conducir a un aumento de embarazos no deseados y, por tanto, el número de casos de trombosis relacionados con el embarazo» explican los autores. Pero, para que la mujer decida si quiere asumir ese riesgo «deben ser informadas que existen posibilidades de padecer una trombosis de este tipo, especialmente si hay además otros factores de riesgo». Los autores recalcan que existen otro tipo de métodos anticonceptivos, como el dispositivo intrauterino (DIU), que no están asociados a la CVT.

Fuente: medicalxpress.com

Redacción QUO