A pesar de la presión internacional, a la India le está costando introducir medios anticonceptivos como el preservativo o la píldora en su más que mejorable sistema de salud. Su medida favorita cuando toca tomar decisiones urgentes en cuanto a planificación familiar pasa por la esterilización de las mujeres.

Esta estrategia ha provocado que la India sea el país que más mujeres esteriliza de todo el mundo. Para que os hagáis una idea, de 2013 a 2014 alrededor de cuatro millones de mujeres hindúes se ligaron las tropas voluntariamente. Un ‘voluntariamente’ no exento de polémica, dado que ha sido puesto en duda en repetidas ocasiones en el panorama internacional. En 2013, la policía del oriental estado de Bihar detuvo a tres hombres por realizar ligaduras de trompas sin anestesia a unas 53 mujeres. Un año después, en 2014, se desató el escándalo cuando se conoció la noticia de que 15 mujeres habían muerto en dichas campañas de esterilización. Según se supo posteriormente, un médico y su ayudante operaron a 83 mujeres de entre 25 y 35 años en el ‘tiempo récord’ de seis horas.

Lo peor de todo eran las noticias paralelas que llegaban de los campamentos improvisados para llevar a cabo las esterilizaciones, donde decían que las «mujeres eran arreadas como ganado». Además, se supo que en la mayoría de los casos las mujeres habían sido intervenidas sin realizar una laparoscopía o análisis previos, poniendo en grave riesgo sus vidas. Por aquel entonces, el gobierno hindú se defendió asegurando que había iniciado una investigación al respecto y que indemnizaría a aquellas pacientes en los casos que se demostrase que había habido negligencia.

Un año después, el país asiático ha vuelto a anunciar su nueva campaña de esterilización con el fin de evitar la superpoblación. Es cierto que la India es el segundo país más poblado del mundo tras China, con una población de nada menos que 1.250 millones de habitantes. Pero también es cierto que hay muchas más opciones para lograr frenar el aumento de población. El problema es la lamentable falta de opciones que ofrece su sistema de salud. Por no hablar de la pésima influencia que ejerce una sociedad patriarcal, donde la mujer está obligada a operarse y que el hombre se haga una vasectomía está mal visto. Tan solo el 1% de los varones recurren a ella.

Con este panorama y la presión internacional, India se ha visto obligada a incluir más opciones para su planificación familiar, pero aún no es suficiente. Uno de los problemas principales es que carece de suficientes centros de salud para atender a toda la población. En cuanto a opciones anticonceptivas, solo disponen de inyectables y pastillas de progestágeno en hospitales privados, inaccesibles para aquellas mujeres de bajo poder adquisitivo. El condón solo se utiliza por el 11,5% de la población y la píldora, un 7,5%.

Según explicaba recientemente Neha Kakkar, voluntaria de la Asociación de Planificación Familiar, “la insistencia oficial en la esterilización femenina es la alternativa preferida para evitar la difícil tarea de educar a la población sobre otras opciones. Enseñar a las mujeres pobres sin educación formal de comunidades aisladas a usar píldoras anticonceptivas es mucho más caro que las campañas masivas de esterilización”.

Fuente: sciencedaily.com

Redacción QUO