Es una lucha evolutiva. Por la supervivencia. Las bacterias se hacen cada vez más resistentes y los seres humanos creamos nuevas medicinas para enfrentarnos a ellas hasta que solo sobreviven las más fuertes y precisamos un nuevo compuesto para acabar con la siguiente horda. Las bacterias resistentes a los antibióticos, como Salmonella, E. Coli y Staphylococcus, infectan a unos 100 millones de personas cada año, según la OMS, pero una nueva estrategia podría acabar con ellos. Un equipo de la Universidad de Boulder, Colorado, ha desarrollado nanopartículas que se activan con luz. Se trata de semiconductores…de tamaño casi invisible. Cada uno de ellos es 20.000 veces más pequeño que un cabello humano y, en una prueba de laboratorio, fueron capaces de acabar con el 92% de las bacterias resistentes a la mayoría de los tratamientos.

“Al reducir el tamaño de estos semiconductores – explica Prashant Nagpal, uno de los autores del estudio publicado en Nature – a una escala nanométrica, fuimos capaces de crear interacciones muy específicas que solo afectan a la infección”. La ventaja es que estas “pequeñas farmacias”se activan con la luz y pueden ajustarse para responder a un tipo determinado de longitud de onda. El potencial de esta innovación es que evita cualquier efecto secundario que pueda provocar el tratamiento. Pero algo más. “Los antibióticos – concluye Anushree Chatterjee, co-autora del estudio – no solo constituyen la línea de ataque de infecciones bacterianas. También pueden utilizarse para el cáncer o el VIH. Fallar en este tipo de desarrollos no es una opción.”

Juan Scaliter