En España está prohibido fumar en cafeterías, restaurantes, lugares de ocio nocturno y otros lugares públicos desde 2011, año en el que entró en vigor la Ley Antitabaco. Una decisión que llenó de alegría a los adultos no fumadores, pero que a la larga está demostrando tener un importante daño colateral: los niños.

Según un estudio realizado por científicos de la Universidad de Granada y del Instituto de Investigación Biosanitaria, desde la entrada en vigor de la ley los niños se han convertido en los principales fumadores pasivos de nuestra sociedad. Para llegar a estas conclusioens, los investigadores elaboraron una encuesta epidemiológica y midieron también los niveles de cotinina (sustancia derivada de la nicotina que se utiliza como marcador de la exposición al humo del tabaco) en muestras de orina de 118 niños. Estas muestras se tomaron antes y después de que la ley entrase en vigor.

Si bien es cierto que la ley ha conseguido reducir de forma considerable los niveles de esta sustancia en la población adulta, en el caso de los niños esta ha aumentado ligeramente (de 8,0 ng/ml a 8,7 de media).

¿La explicación? Según los científicos, esta situación se debe a que los españoles fuman más en presencia de sus hijos, especialmente en sus casas y en los coches. «Esta situación convierte a los niños en fumadores pasivos, con el enorme riesgo que supone para su salud», explica la nota de prensa emitida por la UGR. El estudio también revela que la mitad de los niños estudiados son fumadores pasivos.

Según explica Mariana Fernández Cabrera, del departamento de Radiología y Medicina Física de la UGR, “factores socio-demográficos como la educación, ocupación, ingresos o clase social parecen asociarse directamente con la exposición al humo del tabaco ambiental –continúa Fernández-. La crisis económica sufrida en el sur de Europa durante el periodo de este estudio (2006-2013), cuyo impacto ha sido especialmente importante en Andalucía, podría justificar en parte los resultados encontrados”.

Fuente: UGR

Redacción QUO