Según una nueva investigación publicada en The FASEB Journal, aunque seas de esas personas que solo comen un snack o algo de comida basura de vez en cuando, podrías estar perjudicando gravemente tu dieta.

Para llegar a estas conclusiones, Suzan Woperei y su equipo recurrieron a dos grupos de voluntarios varones. El primero de ellos contaba con diez hombres sanos, mientras que el otro tenía nueve voluntarios con síndrome metabólico que poseían una combinación de dos o más factores de riesgo como enfermedades del corazón, niveles poco saludables de colesterol, presión arterial alta y grasa abdominal. Los científicos les sacaron sangre antes y después de consumir un batido de leche rica en grasa. Basándose en estas muestras, los investigadores midieron 61 biomarcadores, como colesterol y azúcar en sangre. Según observaron, encontraron que los procesos bioquímicos relacionados con la metabolización del azúcar y la grasa fueron anormales en aquellos sujetos que padecían síndrome metabólico.

En el caso de los diez hombres sanos, se les invitó a una merienda con 1.300 kcal adicionales por día durante cuatro semanas, basada en dulces y productos salados como cacahuetes, patatas fritas y otros snacks poco saludables. Pasado el mes, los investigadores evaluaron la respuesta de los 61 biomarcadores anteriores y se encontraron con que su metabolismo había cambiado y que los efectos se parecían mucho a los de sus compañeros del otro grupo, los que padecían enfermedades metabólicas.

«Comer comida basura es una de esas situaciones en las que nuestro cerebro dice sí y nuestros cuerpos dicen no», explicó Gerald Weissmann, editor jefe de The FASEB Journal. «Por desgracia para nosotros, este informe demuestra que debemos usar nuestro cerebro y escuchar a nuestro cuerpo. Incluso hacer una merienda poco saludable tiene consecuencias negativas que superan en gran medida cualquier placer que pueda aportarnos».

Fuentes:

sciencedaily.com | fasebj.org |

Redacción QUO