Hay modas que no traen nada bueno consigo. En el caso de los ‘anti vacunas’ era más que evidente, pero hasta que la trágica realidad no se impone algunos no quieren creerlo. No es sólo por las graves consecuencias que pueden traer para ellos, su familia o sus hijos, sino porque esa decisión repercute también a la salud pública. Es el caso de un niño de Olot (Girona) que se ha visto afectado por la imprudencia de sus progenitores, ya que ahora se encuentra gravemente hospitalizado en el hospital Vall d’Hebron de Barcelona tras ser diagnosticado con difteria, una enfermedad que teníamos más que superada desde 1987.

La difteria es una enfermedad infecciosa aguda epidémica causada por una bacteria llamada Corynebacterium diphtheriae o bacilo de Klebs-Löffler. Provoca la aparición de falsas membranas que se van formando en las superficies mucosas, como vías respiratorias y digestivas. Habitualmente afecta a las amígdalas, el miocardio, a nariz, la garganta, la piel o las fibras nerviosas y produce tos, estornudos, dolor muscular y de garganta y lo peor de todo: la aparición de estas membranas dificultan la respiración. Es una enfermedad grave, de ahí la importancia de la vacunación, pues puede llegar a causar la muerte (5-10% de los casos). Sus complicaciones también son importantes, pues la difteria también produce una toxina que puede llegar a afectar a otros órganos, incluyendo el corazón o el cerebro o inclusive causar parálisis temporal. Es contagiosa durante sus dos primeras semanas y su recuperación no siempre produce inmunidad duradera.

La difteria estaba erradicada de nuestro país desde 1987 gracias al calendario de vacunación, el cual establece su administración a los bebés y una dosis de refuerzo en los adolescentes. En nuestro país se pone al 95% de los niños. Por desgracia, el niño de Olot vivía en una familia que se declara en contra de las vacunas, lo que aún mantiene en peligro la vida del pequeño. Dado que es una enfermedad extraña hoy en día, encontrar una cura para el niño ha sido difícil y una lucha contrarreloj. Se ha encontrado una dosis en Rusia, que el mismo gobierno de ese país ha enviado a España corriendo con todos los gastos.

Redacción QUO