Según datos de la Comisión para la Seguridad de los Productos de Consumo de Estados Unidos (CPSC, por sus siglas en inglés), el número de norteamericanos que han requerido atención médica por lesiones con juguetes sexuales se ha duplicado desde el año 2007. La gran parte de este aumento se produjo en 2012 y 2013, tras la publicación de novelas eróticas muy populares -lo que no implica calidad literaria- como 50 sombras de Grey. Según consta en los registros, el 83% de lesiones se produjo por «objetos que se habían quedado alojados en el interior del cuerpo».

Los causantes de estas laceraciones son en su mayoría juguetes sexuales, aunque hay de todo, imaginables e inimaginables que podréis descubrir vosotros mismos siguiendo este enlace. Las cifras son estimaciones del Sistema Nacional de Vigilancia Electrónica de Lesiones, que sigue los traumatismos registrados por productos de consumo desde 1991. Según el CPSC, estos datos se registran con el fin de «medir el número de lesiones asociadas con los diferentes productos del mercado».

Fue así como detectaron que las lesiones relacionadas con dispositivos de masaje o vibradores habían subido abruptamente desde 2007, momento en el que más de 1.500 personas tuvieron que recibir tratamiento. La subida registró un pico en 2012, cuando más de 2.500 fueron atendidas en urgencias por la misma razón. El primer libro de 50 sombras de Grey fue publicado en 2011. Si bien no hay pruebas que vinculen esta correlación, la CPSC sospecha que es más que probable, ya que las novelas han sido leídas por millones de personas.

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Sumergiéndonos un poco en las estadísticas, se observa como el 58% de los pacientes eran varones en torno a los 44 años de edad. Las mujeres atendidas, en menor proporción que los hombres, tenían unos 30 años. La persona más mayor que recibió tratamiento por lesiones sexuales con juguetes fue de un hombre de 85 años y una mujer de 67.

La mayor parte de las lesiones no fueron muy graves. El 71% de los pacientes fueron tratados y dados de alta en el momento, mientras que el 25% de ellos requierieron hospitalización o el traslado a otro centro médico. Aunque hay buenas noticias: ninguno necesitó la asistencia de los bomberos ni hubo muertes registradas.

A estas sospechas, se une que los propietarios de sex shops del país se abastecieron de látigos y otros artilugios antes del esperado estreno de la película. Según publicaba recientemente el New York Times tanto la novela como el film está siendo un buen negocio para los vendedores de juguetes sexuales. IBISWorld estima que la venta de vibradores y otros artilugios para el sexo recaudó en 2013 nada menos que 540 millones de euros y reconoce que las novelas eróticas han provocado un crecimiento de la industria de un 7,5% hasta la fecha.

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Vía | The Washington Post & inquisitr.com

Redacción QUO