Hasta la fecha los trasplantes de corazón se realizaban con órganos latientes extraídos de pacientes que sufrían muerte cerebral. Pero ahora, un equipo de médicos del Hospital St Vincent’s de Sidney, dirigido por el doctor Víctor Chang, ha dado un paso de gigante que promete revolucionar esta práctica quirúgica: trasplantar corazónes que habían dejado de latir antes de ser donados.

La técnica que ha hecho posible este «milagro sanitario» consiste en extraer un corazón muerto y reanimalo en una máquina llamada heart-in-a-box que, además de mantenerlo a una temperatura adecuada, restablece su capacidad de latir. Pero, ¿cómo lo consigue? Suministrándole una novedosa solución de nutrientes elaborada a lo largo de doce años de estudio y trabajo, y que tiene la capacidad de reparar los daños del músculo cardíaco.

Aunque suene a magia, esta máquina ya se utilizaba en los trasplantes de pulmón pero ahora es la primera vez que se emplea para reanimar coraznoes en parada cardíaca. Esta técnica permite además que el corazón sea más resistente al trasplante, pues disminuye el número de células del músculo cardíaco que mueren, y limita los daños por falta de oxígeno.

De momento, el equipo del doctor Chang ya ha trasplantado tres «corazones muertos» a otros tantos pacientes. Dos de ellos se han recuperado en condiciones satisfactorias, y el tercero sigue en observación. Los médicos están muy satisfechos con el resultado y afirman que esta nueva técnica ayudaráa paliar la escasez de órganos donados para trasplantes.

Redacción QUO