A menos horas de sueño, mayor envejecimiento del cerebro y, consecuentemente, peores capacidades cognitivas. Esta es la conclusión a la que han llegado los investigadores de la escuela de medicina Duke-NUS de Singapur tras evaluar a 66 personas en edad avanzada.

Durante la investigación, se evaluaba, cada dos años, a los participantes mediante un escáner para medir el volumen de su cerebro y un test neuropsicológico para calibrar su función cognitiva. Por otra parte, registraron, a través de un cuestionario, la duración de sus sueños.

«El trabajo realizado sugiere que dormir siete horas al día es lo ideal para que las personas en edad adulta avanzada puedan obtener un rendimiento óptimo en las pruebas cognitivas”, explicó el profesor Michael Chee, autor y director del Centro de Neurociencia Cognitiva de Duke-NUS.

Aunque investigaciones anteriores ya habían examinado el impacto de la duración del sueño en las funciones cognitivas de las personas mayores, es la primera vez que se miden los efectos del sueño en la ampliación del ventrículo cerebral y las consecuencias que esto tiene sobre las enfermedades neurodegenerativas.

Este descubrimiento arroja luz sobre la relación que existe entre la ausencia de sueño con la aparición de enfermedades y trastornos cognitivos como la demencia o el alzheimer.

Redacción QUO