Lo normal es ir al médico a curarse. Pero también ocurre que muchas veces en nuestra visita sanitaria, especialmente en las hospitalarias, salimos con una infección que antes no teníamos. Gran parte de esas infecciones podrían evitar con un simple lavado de manos de los médicos y del fonendoescopio que usan los facultativos.

Los médicos tienen en sus manos una de la mejores armas para acabar con las infecciones: el jabón. Un simple lavado de manos entre paciente y paciente, bien sea con el tradicional jabón como con las modernas soluciones hidroalcohólicas, permitiría que se eliminaran muchas de las enfermedades actuales. Sin embargo, por lo que parece, este es un remedio que se practica poco.

«La higiene de manos es una herramienta sanitaria muy importante, explica Javier Padilla, médico de familia. Las infecciones relacionadas con la higiene sanitaria, especialmente con la de manos, son un problema por el impacto que tiene sobre todo a nivel hospitalario. El mayor vector de transmisión de gérmenes multiresistentes son las manos de los profesionales sanitarios».

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Malos resultados en estudios

Los estudios confirman que los médicos no se lavan las manos como debieran. Aunque algunas observaciones directas confirmarían que este tipo de higiene sólo se practica en la mitad de los casos, otros estudios arrojan datos mejores, pero que cifran la ausencia de una correcta limpieza en aproximadamente un cuarto de los facultativos, en algunos casos incluso después de un entrenamiento previo.

¿Cuál es el motivo para esos malos resultados? El escaso tiempo de atención al paciente, parece ser uno de ellos. Con menos de seis minutos por consulta, unos segundos son un tiempo precioso. Esa, en todo caso, parece ser una excusa de la época del jabón y Padilla niega la mayor: «Las soluciones hidroalcohólicas te lo permiten, porque el proceso se hace sólo en 20 segundos, justo mientras se va un paciente y entra otro».

Otro motivo parece más prosaico. Y es que la higiene recomendada puede dejar las manos bastante resecas, puestos que afecta al equilibrio de la piel. Sin embargo, al igual que ocurre con la excusa del tiempo, las modernas soluciones hidroalcohólicas permiten un cuidado específico de la manos, especialmente si van acompañadas de cremas hidratantes.

Fonendos sucios

Por si esto fuera poco, a la higiene de las manos de los médicos se ha sumado otro problema: los médicos tampoco limpian sus fonendos, algo que confirmó un reciente estudio de la revista Mayo Clinic Proceedings, según el cual los gérmenes de este aparato son mayores incluso que en una mano que no se ha lavado.

«Hay que pensar que el asunto de la higiene de las manos está muy extendido, explica la médico de familia Tamara Sancho. Todos los médicos saben que tienen que hacerlo. Sin embargo, con muchos pacientes utilizamos un fonendo, que también puede convertirse en una herramienta de expansión de enfermedades… y nadie se preocupa de limpiarlo».

Sancho, que reconoce que antes ella misma no se preocupaba de ello, ha iniciado una campaña para que la limpieza de los fonendoscopios se convierte en algo habitual. Y es que esos aparatos que utilizan los médicos para auscultar los sonidos del cuerpo humano, que pueden pasar por decenas de pacientes cada día, no se suelen limpiar nunca. Pueden convertirse, por tanto, en auténticos focos de enfermedades.

Redacción QUO