Es la pregunta que se lanzó cuando se reveló el nombre que estaba detrás de la donación de 250.000 euros para elaborar la primera hamburguesa artificial: Sergei Brin, cofundador de Google. Se le describe como “el visionario que humaniza Google”. Además de una motivación filantrópica (“garantizar el bienestar de los animales”, según ha confesado), Brin ve en este proyecto una ocasión de hacer real lo que parece imposible y movilizar recursos para tratar de dar la vuelta a la industria alimentaria, igual que hizo con internet. A juicio del biólogo Manuel Collado: “Estamos ante una operación de marketing muy hábil de Sergei Brin. Desde el punto de vista científico, todo esto es un circo. La ciencia jamás se presenta en ruedas de prensa, sino en congresos”.

Redacción QUO