Según declara el psicólogo clínico Esteban Cañamares para Europa Press, síndrome postvacacional «es un término que se ha exagerado». Pero a pesar de esta generalización en la que todos parecemos sentirnos víctimas del síndrome, solo un 35% de la población la padece realmente. Sus síntomas son cansancio, somnolencia, dolores de cabeza, falta de apetito y atención, dolores musculares o molestias de estómago.

Según Cañizares, «la mayor parte de los trabajadores no lo sufre, sólo lo padecen aquellas personas que se hayan visto sometidas a mobbing en su empleo». El mobbing (acoso laboral), consiste en la violencia psicológica hacia una determinada persona con el fin de que se desanime y finalmente abandone el puesto laboral. Mientras para el resto de trabajadores el primer día tras las vacaciones es difícil pero superable, para los que sufren acoso laboral es especialmente complejo debido a los altos niveles de ansiedad y depresión que presentan al volver al trabajo.

Para superarlo, Cañamares recomienda que nos incorporemos con la máxima objetividad posible, pensando » en que el empleo nos aporta un sueldo, un contacto con los compañeros y un puesto en la sociedad y, que en tres o cuatro días, se ha pasado». En el caso de los afectados por mobbing la cuestión es más compleja: «quienes verdaderamente sufren el síndrome van a necesitar tratamiento psicológico y hasta farmacológico«. Es evidente que si te encuentras en este último caso, lo mejor es que denuncies el acoso.

Redacción QUO