Los mamíferos de ambos sexos a menudo exhiben una variedad de diferencias en los procesos biológicos y rasgos fenotípicos. Por ejemplo, en la mayoría de las especies de mamíferos, los machos son más grandes que las hembras, y debido a que las diferencias de sexo parecen ser comunes en muchas especies, los modelos animales a menudo se usan para investigar rasgos y enfermedades con sesgo sexual en los seres humanos.

Sin embargo, los efectos del sexo en la expresión génica, particularmente en genes autosómicos (aquellos en los que la herencia no está determinada por el género), no son bien conocidos. En un nuevo estudio, publicado en Science, un equipo de científicos, liderados por Sahin Naqvi, ha descubierto las variaciones genómicas en la expresión de genes entre hembras y machos de mamíferos y señalan nuevas perspectivas sobre los orígenes moleculares y la evolución del dimorfismo sexual. Para investigar cómo afecta el sexo al genoma, y sus colegas realizaron un estudio genético comparativo de la expresión de genes con sesgo sexual en diferentes especies de mamíferos: macacos, ratones, ratas y perros.

Los análisis comparativos revelaron cientos de expresiones génicas sesgadas conservadas en cada tejido, lo que contribuye a las diferencias en los rasgos entre los sexos. Por ejemplo, casi el 12% de la diferencia sexual observada en la estatura humana promedio puede explicarse a través de sesgos sexuales conservados en la expresión génica. Sin embargo, los resultados también muestran que la mayoría del sesgo sexual en la expresión génica es una adaptación evolutiva reciente y, por lo tanto, no se comparte entre todos los linajes de los mamíferos, hallazgos que merecen una atención cuidadosa en el uso de modelos no humanos de diferencias sexuales. Los hallazgos también podrían ayudar a explicar la amplia gama de diferencias específicas por sexo en la salud humana.

Juan Scaliter