Días más largos, muchas horas de luz, vacaciones, sobrecarga de serotonina y un plus de buen ánimo. Y, cómo no, los inoportunos incordios de cada año por estas fechas: otitis, quemaduras de piel o conjuntivitis, por mencionar los más familiares. Según el último informe de ‘Hábitos y comportamientos del turista nacional’ de Observatur, el 40% de los españoles elige el mes de agosto para viajar, y un 23% lo hace en julio. Del total, un 37% lo hará a un destino costero.

Esta elección a orillas del mar se traduce, la mayoría de las veces, en jornadas de sol y playa interminables que exigen una serie de precauciones básicas para evitar riesgos. “Las quemaduras, la otitis o los golpes de calor son algunos de los problemas más frecuentes en la playa, pero no son los únicos”, indica César Morcillo, jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital Sanitas CIMA. «Para disfrutar de las vacaciones en el mar sin correr riesgos conviene prepararse de antemano y consultar con el médico en caso de tener dudas. La prevención es la mejor forma de evitar estas situaciones”.

Su crecimiento es alarmante

Close-Up Of Jellyfish Swimming In Sea

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Empecemos por las dichosas picaduras. ¿Sabrías cómo actuar si te ataca, por ejemplo, una medusa? Las plagas de medusas son frecuentes en verano en las costas españolas, especialmente, en las playas donde el agua del mar alcanza mayores temperaturas. “En caso de sufrir una picadura de uno de estos animales -señalan los expertos de CIMA-, lo primero que se debe hacer es limpiar la zona afectada con suero fisiológico y colocar hielo a través de un paño durante al menos 15 minutos. En el caso de que algún tentáculo o parte de la medusa haya quedado adherida a la piel, se deberá retirar con unas pinzas. Si es posible, se debe acudir al puesto de atención médica más cercano, donde podrán administrar al afectado un antihistamínico que modere la reacción alérgica y un analgésico para el dolor”.

Además de este, los profesionales proponen otra serie de cuidados que no siempre se tienen en cuenta. En primer lugar, vigilar los oídos. Las altas temperaturas invitan a refrescarse en el agua favoreciendo la llegada de una de esas visitas tan inoportunas: la otitis externa. “Se produce por el contacto de los oídos con hongos y bacterias. El 84% de las otitis externas que se producen en verano se contagian en playas y piscinas; la combinación de agua y calor favorece su propagación”, indican. Para evitar esta infección, lo ideal es evitar la entrada de agua en el conducto auditivo y secar bien los oídos al salir del mar. En caso de detectar síntomas de otitis, es imprescindible consultar con el médico especialista para evitar que el problema pueda agravarse.

Child on the beach

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Otra amenaza siempre latente en estas fechas es la deshidratación. El agua lubrica las articulaciones, nutre al cerebro y la médula espinal y mantiene la temperatura ideal del cuerpo. “La hidratación cobra especial interés en la playa, donde las temperaturas son elevadas y la exposición al sol más pronunciada. Se calcula que un adulto puede perder alrededor de 1,5 litros de agua a la hora cuando está produciendo sudor, por lo que es imprescindible reponer ese líquido. Además de beber agua y evitar las bebidas azucaradas o carbonatadas, tomar frutas como el melón o la sandía”.

Los expertos médicos mencionan también el riesgo de quemadura. “La exposición al sol por periodos prolongados o sin tomar las precauciones necesarias conlleva riesgos graves para la salud. No utilizar un fotoprotector adecuado al fototipo de la piel, no cubrir la cabeza con un gorro o no aplicarse crema solar de forma recurrente, puede provocar desde el envejecimiento prematuro de la piel hasta afecciones cutáneas como cáncer de piel”. Según estimaciones de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), 6.205 personas serán diagnosticadas con un melanoma cutáneo en España este 2019, la mayor parte causados por los efectos del sol.

Igual cuidado requieren los ojos. Cuando nuestros están expuestos a altos niveles de radiación UV, necesitamos una protección adecuada para prevenir posibles afecciones oculares como conjuntivitis, queratitis o, incluso, cataratas. “Para reducir los riesgos, conviene utilizar gafas de sol con protección total frente a los rayos UV y que cuenten con el certificado de calidad de la Unión Europea para garantizar su efectividad”.

Young athlete woman looking the smartwatch on the beach at sunset

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La playa es el entorno perfecto para practicar deporte, pero hacerlo sin tomar precauciones puede acarrear lesiones, tanto musculares como en huesos y articulaciones, según los profesionales de CIMA. “Estirar y calentar antes de realizar la actividad física, no hacer ejercicio durante las horas centrales del día y adaptar el tipo de ejercicios a la condición física, son algunas de las claves para practicar deporte de forma segura en este entorno”.

Marian Benito