Las tasas de muerte prematura por insuficiencia cardíaca están aumentando. Cada vez es más frecuente en adultos jóvenes, es decir, menores de 65 años. Un estudio de la Universidad Northwestern ha registrado, por primera vez, este incremento desde 2012. El fallecimiento se produce a pesar de los avances significativos en los tratamientos médicos y quirúrgicos para la insuficiencia cardíaca en la última década.

La insuficiencia cardíaca es una enfermedad del corazón que afecta a su capacidad de bombear la sangre y hacer funcionar el organismo. «El éxito de las últimas tres décadas para mejorar las tasas de muerte por insuficiencia cardíaca ahora se está revirtiendo, y es probable que se deba a la obesidad y las epidemias de diabetes», dice Sadiya Khan, cardióloga y profesora de la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern. “Nos centramos en los pacientes con insuficiencia cardíaca porque tienen la mayor mortalidad relacionada con la muerte cardiovascular. Tienen un pronóstico similar al cáncer de pulmón metastásico», añade en su trabajo, publicado en la revista American College of Cardiology.

Heart attack, conceptual artwork

ALFRED PASIEKA/SCIENCE PHOTO LIBRARYGetty Images

Se calcula que, solo en Estados Unidos, seis millones de adultos sufren este trastorno, la razón principal por la que los adultos mayores ingresan en el hospital. Y el futuro no es muy alentador: «Dado el envejecimiento de la población y las epidemias de obesidad y diabetes, que son los principales factores de riesgo para la insuficiencia cardíaca, es probable que esta tendencia siga empeorando». Khan no descarta que la esperanza media de vida en este país pueda estar bajando a causa de la muerte cardiovascular.

Para combatir esta tendencia, los investigadores aconsejan centrarse en mejorar el control de los factores de riesgo, incluidos la presión arterial, el colesterol y la diabetes, y en introducir cambios saludables en el estilo de vida que promueven un índice de masa corporal normal. Recuerdan, además, la necesidad de la actividad física regular y consumir una dieta saludable y bien balanceada. En futuras investigaciones, Khan y su equipo quieren comprender mejor qué causa las disparidades en la muerte cardiovascular relacionada con la insuficiencia cardíaca.

Marian Benito