Dice el economista Donald Shoup que, cuando la gente busca desesperadamente un sitio para aparcar, sucede algo curioso: el comportamiento inteligente de todo el mundo empieza a parecer, a gran escala, estúpido por la cantidad de congestión que genera. Por eso, encontrar un lugar donde dejar el coche se convierte en uno de esos sucesos buenos que te puede deparar el día y, según concluye ahora una investigación de la Universidad de Brown, en uno de los revulsivos más positivos para nuestra memoria.

Esos momentos en los que sucede una recompensa inesperadamente buena –por ejemplo, encontrarse un billete de 20 euros en la acera-ayudan a mejorar los recuerdos de eventos específicos. Estos resultados se suman a algo que ya se sabía anteriormente: dar de repente con un hecho bueno favorece las llamadas memorias gráficas integradas. Para aclararnos, recordar dónde estacionamos el automóvil en un centro comercial es un ejemplo de memoria episódica específica. Memorizar buenos lugares para aparcar es memoria gráfica.

Un estímulo para personas depresivas

Street with parked cars in Kensington and Chelsea district, London, England, UK

Alexander SpatariGetty Images

«Nuestro nuevo hallazgo es que los detalles incidentales e irrelevantes de eventos específicos, como saber si el árbol que había al lado del coche era un abeto o un arce, también se ven fortalecidos por resultados inesperadamente buenos», explica Matt Nassar, profesor de neurociencia en la Universidad de Brown y uno de los autores del estudio correspondiente. Y añade su alcance: “Este hallazgo tiene ramificaciones potenciales sobre cómo las personas con depresión podrían recordar las cosas, lo que permitirá enfocar por ahí nuestra próxima investigación. Nos gustaría poder desarrollar terapias potenciales para los pacientes, pero todavía nos falta para llegar a ello».

Lo que ocurre a nivel cerebral cuando vivimos cualquier encuentro cotidiano mejor de lo esperado es que liberamos dopamina, un neurotransmisor del sistema nervioso central que juega un papel vital en la regulación de placer. Tanto la dopamina como la serotonina y la noradrenalina son los químicos que comienzan a fallar cuando una persona sufre depresión. Esto significa que un paciente con este trastorno puede no codificar recuerdos positivos tan efectivamente como un individuo sin depresión, dijo Nassar, quien está afiliado al Instituto Carney para la Ciencia del Cerebro de Brown.

Cuando alguien con depresión repasa los eventos pasados, es posible que recuerde mejor los negativos. Para Daniel Dillon, investigador de la Escuela de Medicina de Harvard y coautor de este trabajo publicado en Nature Human Behavior, el mayor logro de su investigación es explorar la conexión clínica entre la depresión y la memoria.

Nassar menciona otro estudio con roedores de 2010, realizado por Ingrid Bethus y sus colegas, que muestra claramente que la dopamina no ayuda al rendimiento de la memoria poco después de la experiencia de aprendizaje, pero tiene un gran efecto a las 24 horas. Además de intentar determinar el origen de las diferencias de consolidación de la memoria, los miembros del equipo de investigación de Brown planean volver a ejecutar el experimento con participantes con depresión para ver si exhiben alguna diferencia en la memoria.

Marian Benito