Haciendo caso omiso a la leyenda de los tres monos sabios, que se tapan los ojos, los oídos y la boca, respectivamente, para no ver, no escuchar y no hablar con maldad, la naturaleza podría haber compensado a las personas ciegas con un oído extraordinario. Un reciente estudio realizado en la Universidad de Washington ha conseguido identificar, con resonancia magnética funcional, dos diferencias en el cerebro de las personas ciegas que podrían ser responsables de sus capacidades para hacer un mejor uso de la información auditiva.

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Kelly Chang / U. Washington

En la imagen, los colores cálidos representan las regiones del cerebro que mostraron la mayor respuesta a los tonos bajos, mientras que los colores azules representan las regiones que respondieron más a los tonos agudos. A la derecha, cuando los investigadores examinaron el rango de frecuencias a las que cada vértice del cerebro era selectivo, encontraron que la afinación tendía a ser más estrecha para los individuos ciegos, lo que puede ser la razón de la mayor capacidad de los individuos ciegos para detectar e identificar los sonidos en su entorno.

Anteriores investigaciones habían demostrado que las personas que nacen ciegas o se vuelven ciegas a una edad temprana a menudo tienen un sentido del oído más matizado, especialmente cuando se trata de habilidades musicales y de seguimiento de objetos en movimiento en el espacio. Durante décadas, los científicos se han preguntado qué diferencias habría en su cerebro que les permite estas capacidades auditivas mejoradas.

«Existe la idea de que las personas ciegas son buenas para las tareas auditivas, porque tienen que abrirse camino en el mundo sin información visual. Quisimos explorar por qué”, dice Ione Fine, profesora de psicología de la Universidad de Washington y autora principal de este trabajo, publicado en el Journal of Neuroscience. Los científicos observaron que en la corteza auditiva los individuos ciegos muestran una sintonización neuronal más estrecha que los sujetos videntes al discernir pequeñas diferencias en la frecuencia del sonido.

«Es la primera vez que se constata que la ceguera produce plasticidad en la corteza auditiva. Es importante porque se trata de un área que recibe información auditiva muy similar en individuos ciegos y videntes», explica Fine. Pero en individuos ciegos se necesita extraer más información del sonido, y como resultado, esta región parece desarrollar mejores capacidades. Es, según la autora, la evidencia de cómo el desarrollo de habilidades en un cerebro infantil está claramente influenciado por el entorno.

Un segundo estudio, esta vez publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, examinó cómo se representan los objetos en movimiento en el cerebro de personas ciegas y concluyó que seleccionan e identifican los sonidos mucho mejor que alguien vidente. «Estos resultados sugieren que la ceguera temprana da como resultado que se recluten áreas visuales para resolver tareas auditivas de una manera relativamente sofisticada», concluye la autora.

Marian Benito