Igual que los hombres, hay mujeres que alcanzan el orgasmo excesivamente rápido e igual que ellos tratan de lidiar con este problema a fuerza de técnicas específicas de masturbación y otras terapias. Los trastornos relaciones con el placer femenino casi siempre están más vinculados con la ausencia (anorgasmia), el desinterés o la falta de lubricación. Aunque mucho menos frecuente, en ocasiones es justo lo contrario.

¿Es motivo de preocupación? Al alcanzar tan rápidamente el clímax, pierde el deseo de continuar la relación erótica. Sus encuentros sexuales acaban siendo muy cortos, a veces de unos minutos, porque la estimulación genital inmediatamente después puede volverse muy molesta. Sin embargo, mientras que la eyaculación precoz en los hombres es una disfunción sexual que aparece en el Manual Diagnóstico y Estadístico de Salud Mental de EE.UU. (DSM), no existe tal categoría para un orgasmo temprano o precoz en las mujeres.

Tres requisitos

El asunto viene de lejos. Un estudio publicado en 2011 en Sexologies ya documentó su existencia en la mayoría de las 510 mujeres que entrevistó, todas ellas portuguesas. Casi todas lo habían experimentado en algún momento de sus vidas, aunque solo un 3% cumplió los tres criterios que hacen que se pueda considerar orgasmo prematuro: siempre o casi siempre sucede antes de lo previsto, existe una falta de control sobre ellos y genera problemas de angustia y complicación en las relaciones.

En otro estudio de la Universidad de Chicago, el 40% de las entrevistadas reportaron orgasmos demasiado rápidos de vez en cuando. Al 14% de ellas les sucedía con frecuencia y al 3% siempre. En 2016, un artículo del Journal of Adolescent Health publicó que el 3,9% de mujeres entre 16 y 21 años habían tenido este problema al menos una vez en el último año. Según señala el psiquiatra portugués Serafim Carvalho en el estudio de Sexologies, este fenómeno, cuando se convierte en crónico, ocasiona sentimientos muy negativos en torno a la sexualidad y a las relaciones de pareja. Además, el clítoris se vuelve muy sensible, incluso doloroso.

No existe demasiada investigación sobre el modo de tratar el orgasmo precoz femenino. Carvalho utiliza terapias similares a las del hombre y también antidepresivos. Otros terapeutas sexuales aconsejan la masturbación controlada para familiarizarse con los patrones de excitación y la respuesta sexual en el resto del cuerpo en los momentos previos al clímax.

Marian Benito