Período refractario. Con ese pomposo nombre describen los científicos el tiempo después de sentir un orgasmo en el que un hombre piensa en todo menos en volver a tener sexo inmediato. Esto es lo que evita la multiorgasmia masculina. Y la responsable de esta inapetencia es la segregación de la hormona prolactina. De hecho, un estudio alemán confirmó la carencia de esta sustancia en un paciente con capacidad multiorgásmica.

Por otra parte, también se ha demostrado que otra hormona, la dopamina, favorece la estimulación sexual y, por lo tanto, la erección. Estos descubrimientos sobre ambas hormonas abren la vía a la posibilidad de la creación de un medicamento multiorgásmico, que estaría integrado por un agonista (favorecedor) de la dopamina y un antagonista (limitador) de la prolactina.

Por el momento, no se ha llegado a desarrollar, así que habrá que seguir a la espera… (quien quiera usarlo, por supuesto).

Redacción QUO