Imagina que estás esperando tu ejecución, estás muerto de miedo y cuando llega el momento, tu cerebro está sobrecargado. ¿Llegaríamos a sentir dolor en el momento en el que la guillotina o el filo de un hacha pasase por nuestro cuello?

En opinión del cirujano Sergio Canavero, «si hablamos de una ejecución por decapitación, una persona consciente automáticamente activará los mecanismos de supresión de dolor que llevan a la analgesia. Igual que un soldado que es herido en el campo de batalla y solo ve sus heridas una vez que la situación de estrés ha pasado. Como especialista en dolor creo que en el momento de la decapitación la persona no sentirá prácticamente nada. Si a eso le sumamos que se interrumpe el riego sanguíneo, diría que en segundos (dos o tres), todo se ha terminado”.

Redacción QUO