Tras una noche de excesos, los turcos tienen un secreto que reaviva hasta el alma más apagada: un simple vaso de jugo de conservas. Sí, algo tan sencillo como eso puede sanar una resaca de alcohol y comida. Y es que según leemos en el digital BBC, este agua macerada es famosa en el país «como una cura rápida, sabrosa y natural para incluso el más feroz de los dolores de cabeza».

Las conservas son muy comunes dentro de la gastronomía turca, así que no es complicado encontrar un establecimiento donde puedas dar con un buen vaso de esta pózima mágina rica en minerales. De hecho, incluso hay platos típicos que vienen acompañados con esta bebida, normalmente picante, como es la carne asada. Es el caso del «şalgam suyu» (en turco, jugo de colinabo), una bebida no alcohólica, que se sirve fría, muy popular en el sur del país, la cual está elaborada con el jugo de zanahoria en escabeche, bastante salada y sazonada con colinabo aromático.

Pero no es algo nuevo. Forbes ya se refirió a esta fama por los productos en conserva el pasado mes de septiembre. Y hablaba de una parte positiva a la obsesión que muchas personas en Estados Unidos estaban teniendo con este tipo de productos (ya fueran comprados o elaborados en casa). Y más aún, por el líquido que donde habían pasado semanas macerando: «Durante años, los atletas han estado bebiendo jugo de pepinillos para aliviar los calambres musculares después de hacer ejercicio, y es uno de los múltiples beneficios para la salud. Un estudio publicado en «Medicine and Science in Sportas and Exercise» descubrió que este tipo de jugos funciona mejor que el agua en la reducción de los calambres musculares. Otro estudio apuntaba que podría disminuir los picos de azúcar en la sangre en adultos sanos».

Así que, si estos días te pasas con el alcohol dile a tu familia que te reserven un chupito de «jugo de conservas».

Alberto Pascual García