Viendo la imagen, nadie diría que a esta mujer le han puesto anestesia epidural, y sin embargo, es cierto. Una nueva técnica analgésica, conocida como walking epidural, permite que las parturientas puedan andar durante la dilatación. Ha comenzado a aplicarse en algunos hospitales, como el 12 de Ocubre de Madrid, y su principal ventaja es que mejora la calidad del parto. «Antes, cuando la mujer ingresaba en el hospital, se le ponía la epidural convencional y pasaba todo el tiempo en la cama, dependiente de la dilatación. Con esta técnica se acorta y en ocasiones disminuye la necesidad de oxitocina», explica Marisa Salcedo, anestesista del hospital madrileño e impulsora del uso de esta técnica.

La fórmula que se utiliza es básicamente la misma que la que se usaba en la técnica antigua, una mezcla de un producto anestésico, encargado de dormir las fibras motoras, y otra opiácea para controlar el dolor. Lo que cambian son las dosis. Se reduce la cantidad de anestesia y se aumenta la de opiáceo, de forma que solo se duermen las fibras sensitivas mientras permanecen activas las motoras, que controlan el movimiento. Sobre todo, se aconseja en el primer parto o en mujeres cuya dilatación sea inferior a cuatro centímetros. Con la walking epidural se reduce los casos de pisiotomías, el corte que se realiza en el periné para evitar desgarros, que después del parto suele provocar escapes de orina.

La iniciativa pretende obtener la acreditación de la OMS y de UNICEF, Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia, que premia a los centros sanitarios que protegen y apoyan partos más naturales y la lactancia materna.

Redacción QUO