Según publica hoy la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, investigadores de la Universidad de Stanford con Hannah Valantine como investigadora principal, podrían haber dado con la clave para una nueva prueba no invasiva que podría realizar un seguimiento simple y eficaz, de los pacientes con trasplante de corazón para evitar que rechace el órgano transplantado.

La prueba, se basa en realizar una secuenciación del ADN, para que de esta forma puedan detectarse los fragmentos de ADN de la persona que donó el órgano en la sangre del receptor. Aunque aún debe ser validada mediante ensayos clínicos, los médicos esperan que al menos pueda servirles para detectar algunos signos de rechazo en todo tipo de pacientes transplantados de forma rápida y eficaz.

El rechazo de órganos es, aún hoy, un problema frecuente tras realizar un transplante de corazón, (tan solo la mitad de los pacientes consiguen vivir 10 años después de la operación) por lo que los pacientes deben tener una vigilancia constante para asegurarse que todo marcha bien. A día de hoy, la prueba implica durante los primeros meses una biopsia invasiva cardiaca cada semana. Tiempo que después se amplía a 2 ó 3 años. Hay que decir que este procedimiento en la actualidad no solo es incómodo y arriesgado, sino también muy costoso.

La nueva prueba no solo reduciría los riesgos del paciente, sino un interesante coste en la Seguridad Social.

Redacción QUO