Cuando pensamos, nos oímos a nosotros mismos: es esto en realidad de lo único de lo que somos conscientes al pensar. El sordo de nacimiento se vería o se percibiría (sensaciones de manos, brazos y cara) a sí mismo, haciendo esos signos manuales del lenguaje de signos que haya aprendido.

El pensamiento es más bien inconsciente: está “detrás” del lenguaje, y es común a sordos, oyentes e incluso chinos.

Redacción QUO