Investigadores del Centro Médico de la Universidad de Texas han identificado un sistema químico en el cerebro que se comporta de manera diferente en los adictos a la cocaína y en los sujetos sanos.

Se ha demostrado que la cocaína modifica el comportamiento del sistema colinérgico del cerebro (el encargado de mantener al cuerpo estable en situaciones normales) al alterar su principal neurotransmisor, la acetilcolina, y sus receptores. Esto repercute en el sistema límbico del cerebro (es el encargado de las emociones, la conducta, el aprendizaje y la memoria a largo plazo ) y acaba cambiando los comportamientos del sujeto, tanto a nivel médico como social.

Este estudio ha revelado que no sólo modifica la actividad de la acetilcolina, sino que también altera la cantidad de flujo sanguíneo que llega a las zonas del cerebro involucradas en las experiecias gratificantes y el placer.

Los investigadores inyetaron escopolamina y fisostigmina en sujetos sanos y adictos, estas dos sustancias, aunque en dosis inadeucadas pueden ser tóxicas, actúan sobre los receptores de la acetilcolina. Así disminuye la diferencia de flujo sangíneo en la zona límbica entre los adictos y los sanos.

Como afirma uno de los autores del estudio, el doctor Michael Devous, este descubrimiento revela que “las anormalidades en el sistema colinérgico propias de la adicción a la cocaína pueden relacionarse más con el proceso adictivo que con el proceso de recompensa”. Así este descubrimiento puede abrir nuevas posibilidades en el tratamiento de la adicción.

Redacción QUO