Con un test rápido y no invasivo, con el que se valora la capacidad olfativa, podrán conocerse las posibilidades de una persona para desarrollar párkinson. De momento, los investigadores de la Universidad de Tubinga, en Alemania, lo han comprobado en ratones. Ven alterada su capacidad para oler porque la proteína alfa-sinucleína, esencial en el desarrollo de la enfermedad, afecta en primer lugar a las neuronas del bulbo olfatorio. El hallazgo puede ayudar a tratar de forma precoz a las personas a las que se detecte párkinson.

Redacción QUO