Los medios de todo el mundo hablan de la creación de la primera “célula sintética” o de “vida artificial”. Sus responsables, encabezados por Craig Venter, famoso por presentar hace diez años la secuenciación del genoma humano, explican el trabajo en un artículo de la revista Science.
Varios expertos han matizado en la revista Nature el trabajo de Venter y el modo en que se informa en los medios. Para empezar, no se podría hablar de una “célula sintética” al cien por cien, ya que es una bacteria normal con un genoma incorporado, eso sí, un genoma creado por el equipo de Venter. En cualquier caso, sólo una pequeña parte de la bacteria es “artificial”.
Por ello, los expertos coinciden en señalar que no se puede hablar de creación de “vida”. Jim Collins, profesor de ingeniería médica de la Universidad de Boston asegura que los medios están exagerando. Martin Fusseneger, profesor de biotecnología y bioingeniería del ETH de Zurich, matiza que es un avance técnico, pero no conceptual.
Venter y su equipo han demostrado la posibilidad de crear genomas a la carta, un innovador campo que abre grandes posibilidades, subraya Steven Benner, de la Fundación para la Evolución Aplicada Molecular de Florida, pero también grandes responsabilidades, en opinión de Mark Mark Bedau, profesor de filosofía en el Reed College de Oregón. David Deamer, profesor de ingeniería biomolecular de la universidad de California, Santa Cruz, asegura que lo destacable es que se ha insertado un genoma entero, no sólo un gen.
Para George Church, genetista de la Escuela Médica de Harvard, el gran desafío consiste en entender las partes de la célula que ayudan al ADN a funcionar. Eso sí, gracias al trabajo de Venter, señala Church, se podrán desarrollar importantes productos farmacéuticos, combustibles, o nuevos materiales a un coste menor.
Steen Rasmussen, profesor de la universidad de Dinamarca del Sur, recuerda que el método de Venter no es el único, ya que la vida es muy compleja y los científicos trabajan en varios frentes.
Arthur Caplan, profesor de bioética de la Universidad de Pennsylvania, señala las implicaciones filosóficas, al afirmar que el trabajo de Venter acaba con el vitalismo, es decir, con todas las corrientes filosóficas y religiosas que creen que detrás la vida necesita algo espiritual para su creación.

Redacción QUO