El bisturí también ha pasado a la historia a la hora de borrar un tatuaje. Ahora pueden eliminarse un tatuaje a través del sistema linfático gracias a un láser llamado Q-Switch, que no deja cicatrices. Iratxe Díaz, de la Clínica Dermitek, de Bilbao, explica su funcionamiento: «La energía del láser es absorbida por las células de la piel, lo que provoca una reacción térmica que, unida a la propia acción de las ondas láser, facilita la salida de los pigmentos de las células».

Redacción QUO