Pues sí, los bebés lo entienden todo, incluso con solo seis meses. A esa edad ya tienen calados a los mayores. Un estudio de la Universidad de York, en Canadá, ha demostrado que los niños de esta edad son capaces de identificar las intenciones de los adultos y reaccionar en consecuencia. En el experimento, los niños aceptaban con tranquilidad que un adulto no quisiera compartir con ellos un juguete, pero en cambio se agitaban cuando comprobaban que lo que querían era «tomarles el pelo». El rechazo lo expresaban sin contemplaciones: fruncían el ceño, desviaban la mirada y los más independientes movían enérgicamente los brazos.

Redacción QUO