En la Universidad de Oregón han descubierto que los registros del comienzo y del fin de una palabra son procesados por distintos canales neuronales. Una vía específica de sinapsis se encarga de detener el procesamiento del sonido en un momento determinado, algo clave para la escucha y para la comprensión de lo que oímos. El hallazgo podría resultar útil para mejorar los dispositivos de ayuda a la audición, y también para diseñar tratamientos destinados a niños con problemas de aprendizaje o de lenguaje. Por ejemplo, se conoce que los niños con dislexia tienen dificultades para definir los límites de lo sonidos de un discurso, por lo que tratar los canales de sinapsis específicos podría ayudar a potenciar sus capacidades.

Redacción QUO