El cerebro ya puede “apagarse” como si fuera un interruptor, gracias a un sistema que han desarrollado Edward Boyden y su equipo de neuroingenieros del MIT. Con esta técnica, que detiene con luz la actividad neuronal, se podrán frenar trastornos de funcionamiento cerebral descontrolado, como los ataques epilépticos. Los investigadores han descubierto unas proteínas (Arch) que, al recibir un estímulo lumínico, “bombean” los protones hacia el exterior de las neuronas, lo que hace que se reduzca el voltaje dentro de estas.

Redacción QUO