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Yo, con cromoterapia

Ana G. Jiménez

Nuestra lectora cuenta: “Yo tenía depresión, agorafobia, insomnio y ataques de ansiedad y pánico. Fui primero al psiquiatra de la Seguridad Social, pero como te visita cada tres meses… Además, yo no toleraba los ansiolíticos. Fui a un médico naturista y me trató con homeopatía, acupuntura y cromoterapia (luces de colores). Admito, y estoy segura de ello, que gran parte del hecho de que las alternativas funcionen es la fe que ponemos en ellas. Pero son menos dañinas para el organismo, siempre y cuando sean aplicadas por un profesional titulado, y no por un curandero”.

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Dígaselo con flores

Mª José García

María José leyó que las flores de Bach eran “muy eficaces en el tratamiento de niños muy pequeños e incluso animales”, y que “se descartaba el efecto placebo”. Así que: “Me animé a probar”. Y sigue: “La sensación es tan gradual, pero a la vez tan eficaz, que es como si hubiese sido una casualidad el efecto y su toma. Luego lo he recomendado a amigos (bastante “incrédulos”), y no han tenido más remedio que admitir que les había ido bien (hablo de casos de ansiedad, insomnio, angustia…), o sea, problemillas más psíquicos que físicos.

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No dieron ni una, vamos

Yolanda Parra

Nuestra lectora, sin prejuicios a favor ni en contra y desconocedora de estas materias, nos contó esto en el foro Quonectados: “Yo probé la homeopatía para la ansiedad y para la alergia de primavera. En el primer caso, no noté absolutamente nada; en el segundo, solo me quitaba momentáneamente las ganas de estornudar”. Y continuó probando cuando tenía otras molestias:

“Otra vez compré jalea real en una parafarmacia y, aunque se supone que era natural, me hizo bastante daño nada más tomarla, como una alergia a algo. Lo mismo me pasó en otra ocasión con otras cápsulas para el refuerzo físico. No he vuelto a probar más; ahora, cuando quiero vitaminas o algo voy directamente a la farmacia o al medico de cabecera”.

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Adolescente con acné

Sandri Márquez

Llevé a mi hija de 13 años al homeópata: tenía un caso de acné grave. Le recetó imanes para las orejas y gránulos. Suprimió de su dieta los derivados de leche de vaca, el cerdo, el cacao, el aceite de oliva y el trigo, entre otros. Al principio, el beneficio para su piel fue asombroso, pero al reintroducir en su dieta los huevos y la leche, se había vuelto intolerante a ellos; no ha podido volver a tomarlos. Se le llenaron la cara y la espalda de vello. A los 15 años, la niña sufrió una depresión por las cicatrices del acné. Decidimos seguir el tratamiento de un dermatólogo.

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Un hijo con alergia

Laura Serrano

Hola, hemos probado la homeopatía; digo hemos porque a quien se la han aplicado ha sido a mi hijo de 9 años, pues tiene alergia a los ácaros y esto le produce bronquitis. La verdad es que al principio le fue medio bien, pero al final he tenido que acudir al alergólogo de la Seguridad Social y ponerle vacunas de inmunoterapia, porque la homeopatía no le hacía nada. Así que, sintiéndolo mucho, yo a partir de ahora me quedo con la medicina tradicional; la otra no ha funcionado, y eso sin contar el precio del producto, que es carísimo. Y las consultas, ni te digo.

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Científica contenta

Carolina García

Buenas! Soy científica y creía que la acupuntura era un placebo. Hace un año me dolía muchísimo el hombro, y el fisioterapeuta ¡del hospital! me la recomendó. Imagináis mi cara, ¿no? Pero probé. Con el primer tratamiento de tres agujas en el brazo, este comenzó a calentarse. Después de media hora, estaba más relajado. Tras 9 sesiones con agujas, acupresión y masajes suaves, como nueva. Los nervios se pueden estimular de diferentes formas para “reprogramar” las respuestas cerebrales. ¡Si es que somos un aparato lleno de cables!

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Sin resultado

Belén Ferrer

Fui a una acupuntora (no médica) porque una compañera había adelgazado muchos kilos con su tratamiento. Este combinaba una dieta disociada, acupuntura por todo el cuerpo y unas bolitas minúsculas en las orejas que se suponía que disminuían la ansiedad por la comida. Pero ¡NADA! Acudía una vez por semana, 20 euros por sesión (hace 5 años). Dejé de ir porque, tras cuatro meses, no había adelgazado nada, y los días que comía proteínas me picaba todo el cuerpo. Y la acupuntura me resultaba dolorosa. A mi amiga le fue tan bien y a mí tan mal…

Redacción QUO