El puente Kurilpa acaba de ser inaugurado sobre el río Brisbane, en la ciudad australiana del mismo nombre. Destinado únicamente a peatones y ciclistas, se calcula que será utilizado por unas 36.500 personas por semana para desplazarse del sur al centro de la ciudad, lo que supone un considerable descenso en el uso del automóviles.
Pero su beneficio medioambiental no termina ahí: sus 470 metros de longitud están cubiertos por 84 paneles solares que alimentan un sistema de iluminación compuesto exclusivamente por LEDs. Con un rendimiento de 100 Kwh al día, pueden cubrir las necesidades del modo de iluminación “de diario”, e incluso generar un excedente que se incorpora a la red eléctrica. Otras posibilidades más coloridas y exóticas, también previstas en el proyecto, aumentarán el consumo hasta en un 25% por ciento, pero serán activadas únicamente en celebraciones especiales. Esta autosuficiencia luminosa conseguirá ahorrar la emisión de unos 37,8 toneladas de CO2 al año.

Su diseño, inspirado en los mástiles y cabos de los barcos de vela, ha corrido a cargo de la empresa Baulderstone Pty Ltd, y su construcción, con un coste de 63,3 millones de dólares se ha llevado a cabo durante los últimos dos años.

Pilar Gil Villar