Un buen ejemplo es el de Henry Bennett. Nacido en Liverpool, llegó a la capital británica con ocho años, con una beca para formarse como músico. Allí se convirtió en violonchelista, compositor y cantante de ópera (además de experto en música electrónica). Y también descubrió una ciudad repleta de rincones fascinantes en los que pasar sus ratos de ocio que, por otra, aprte siriveron para abrirle numerosas puertas en su carrera musical. “A menudo terminaba en fiestas junto a ejecutivos de discográficas, DJ y cantantes pop; solo por haber salido a divertirme”, confiesa.

Henry aprovechó muy bien el tiempo, y se ha convertido en un camaleón de la escena londinense con un currículo que podría llenar el programa de un festival de tres días. Es multidisciplinar, ya que toca el piano, produce y es promotor de discotecas. Por eso, Beefeater le ha elegido como uno de los iconos de su campaña This is my London, y te invita a escuchar su disco, Interestellar love

Redacción QUO