Los LED son cada vez más populares como fuentes de luz de bajo consumo, pero para las polillas no son una buena noticia

Si has viajado recientemente en coche te habrás dado cuenta de que cada vez terminas el viaje con el parabrisas más limpio de insectos estrellados contra él. El motivo es que, en todo el mundo, la población de insectos está disminuyendo, y esto es una mala noticia.

Además de los pesticidas, desaparición de hábitats y la extinción de otras especies, los científicos han identificado la iluminación artificial y la contaminación lumínica como una de las causas del declive de los insectos que se viene observando desde hace años. Las farolas o la iluminación de castillos e iglesias hacen que muchos insectos como las polillas se extravíen por la noche y mueran agotadas al pie de la lámpara, o se conviertan en presa fácil de arañas y murciélagos, aunque estos últimos también están en peligro.

Los LED de bajo consumo, a pesar de no generar tanto calor como las lámparas incandescentes, tampoco ayudan a los insectos. Así lo sugiere un estudio realizado por Douglas Boyes, de la Facultad de Ciencias Naturales y Medioambientales de la Universidad de Newcastle, y sus colegas, publicado en la revista Science Advances.

Los biólogos examinaron 26 bordes de carretera iluminados y compararon sus datos con otras tantas secciones de carretera que no estaban iluminadas. Además, los investigadores iluminaron artificialmente los márgenes del campo que antes estaban oscuros. El equipo eligió las orugas de las polillas como grupo de estudio, ya que éstas sólo se desplazan en un pequeño radio tras salir del huevo y son fáciles de recoger.

El resultado fue claro: los bordes de carretera iluminados con setos tenían casi la mitad de orugas que los setos oscuros. En los prados iluminados, la cifra era un tercio más baja. Los científicos esperaban una reducción alrededor del diez por ciento, y los resultados del estudio les parecieron muy preocupantes.

Todavía no está claro cuáles son las razones de este descenso. O bien las hembras no vuelan a los rincones iluminados para poner sus huevos allí, o bien podrían estar tan distraídas por la luz que no pueden poner sus huevos y mueren (o son comidas) antes. También puede ser que la iluminación impide encontrarse a los machos y las hembras.

Además, las orugas de las zonas iluminadas eran de media más pesadas y grandes. Sin embargo, aún no está claro si esto se debe a una menor competencia o si las orugas comen más porque la luz altera su ritmo biológico y les permite comer durante más tiempo.

Los efectos fueron aún más pronunciados con lámparas LED que con las modernas lámparas de sodio de alta presión y con las anteriores lámparas de sodio de baja presión. Los LEDs emiten aún más luz azul, que atrae más a los insectos.

Cuando los investigadores iluminaron experimentalmente los bordes del campo, también se demostró que los LED en particular diezmaban rápida y permanentemente el número de orugas. Los LED de luz blanca fría parecen agravar el problema de la contaminación lumínica que existe en las ciudades, algo que los astrónomos también observan.

REFERENCIA

Street lighting has detrimental impacts on local insect populations