Un equipo de investigadores de las Universidades de Roehampton y Birmingham (Reino Unido) ha encontrado una forma única de medir la energía que gastan los orangutanes al desplazarse de rama en rama: estudiando a los atletas de parkour  

No es fácil hacer que un orangután siga las instrucciones de un investigador. No hay manera de que participen voluntariamente en un ensayo. Los atletas de parkour están bastante más a mano y sus destrezas inverosímiles se asemejan al vuelo acrobático de los orangutanes por las copas de los árboles.

Entender al detalle la vida de los orangutanes es cada día más urgente, y los atletas de parkour han permitido avanzar un paso.

 

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Pakour es el nombre que recibe una forma de deporte, arte, y filosofía de vida que consiste en ir superando obstáculos físicos y mentales en el camino. El «traceur» (nombre que recibe quien practica parkour) supera obstáculos urbanos como muros, vallas o escaleras. Más que un deporte es una filosofía de vida que no lleva implícita ningún tipo de competición.

La audacia del equipo de investigadores del Reino Unido ha sido ver que estudiando a los atletas de parkour es posible entender muchas cosas de los fascinantes orangutanes de Sumatra. Los pacíficos simios pelirrojos pasan la vida en los árboles y una de las principales preguntas que se hacían los científicos era cómo, siendo tan grandes y pesados, pueden vivir por las ramas, desplazándose y saltando de una a otra, y cuánta energía necesitan.

Los investigadores crearon ramas de árboles artificiales a partir de postes de fibra de vidrio y lianas con cuerdas y escaleras

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Para conocer el comportamiento de los orangutanes, los investigadores utilizaron atletas de parkour humanos como modelos para los orangutanes. Midieron la energía necesaria para navegar entre los árboles de diferentes maneras, como saltando entre ellos. Crédito: SRL Coward y LG Halsey

Halsey lo explica así: «Como no es fácil trabajar con primates, hemos dado un paso en un primate modelo: el atleta de parkour».

Para comprobar los requisitos energéticos que supone enfrentarse a los huecos de las copas de los árboles, los investigadores crearon ramas de árboles artificiales a partir de postes de fibra de vidrio y lianas con cuerdas y escaleras. Pero en lugar de orangutanes, los participantes eran atletas de parkour, gimnastas callejeros especialmente entrenados con buena flexibilidad y gran inteligencia espacial. Los atletas llevaban dispositivos que registraban su consumo de oxígeno a medida que realizaban las actividades.

A continuación, colocaron a cada uno de los 28 atletas una máscara que permitía controlar la ingesta de oxígeno, una medida del uso de energía. Después, hicieron que los atletas realizaran una serie de actividades destinadas a simular las distintas acciones que podría realizar un simio ante un salto para superar un hueco entre las ramas.

Al estudiar los datos, los investigadores descubrieron que bajar y volver a subir era lo que más energía consumía con diferencia; en cambio, los requisitos energéticos para saltar o balancearse dependían de muchos otros factores. Por ejemplo, de la rigidez de las ramas, la distancia del hueco, el número de balanceos necesarios y el tamaño de los propios atletas.

Los hallazgos del equipo ofrecen algunas posibles explicaciones sobre por qué algunos simios pasan más tiempo en el suelo que otros y quizás por qué los ancestros humanos abandonaron por completo la vida en los árboles.

 

Más información

Más información: Lewis G. Halsey et al. Bridging the gap: parkour athletes provide new insights into locomotion energetics of arboreal apes, Biology Letters (2016). DOI: 10.1098/rsbl.2016.0608

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