Secuencia el genoma del lobo huargo (Canis dirus), el lobo gigante del Pleistoceno que resucitó la serie Juego de Tronos. Esta es la primera vez que se ha obtenido ADN de lobos huargos y ha revelado la compleja historia de estos depredadores de épocas glaciares.

Esta noticia, que llega desde la universidad de Zaragoza, es una de esas joyas informativas que conectan ciencia puntera y desbordante imaginación, en este caso, la desplegada en  una serie de HBO que se convirtió en el símbolo de toda una generación, Juego de Tronos. Todo, alrededor de un lobo que se extinguió hace 13.000 años.

Los lobos que viven al Norte del muro

Juego de Tronos “resucitó” de la extinción a los lobos huargos. En la saga, los huargos son lobos enormes, que viven al norte de El Muro, aunque han perdido gran parte de su territorio, y son el emblema de la casa Stark. Ese extraordinario animal que acompaña la épica de la saga en numerosos capítulos, estaba inspirado en un lobo prehistórico real que vivió durante el Pleistoceno, enorme comparado con el que aún puebla la tierra, conocido como lobo gigante o logo terrible (Canis dirus)

 

Cuando encuentran a una loba muerta en el Bosque de los Lobos, Jon Nieve se queda con una cría albina, Ghost o Fantasma, el lobo huargo de Jon Snow.

El lobo gigante o lobo terrible (Canis dirus) vivió desde América del Norte hasta la Pampa argentina y hay un yacimiento cerca de Los Ángeles, donde han aparecido unos 3500 esqueletos completos. Llegó a pesar entre los 100 y 80 kg, y aunque no podría utilizarse como montura, era imponente por su fortaleza.   

El genoma de un lobo único

La revista Nature publica hoy un estudio realizado con  fósiles de hasta 50.000 años de antigüedad de lobos huargo y han encontrado que formaban una línea filogenética de cánidos distinta a la de los lobos actuales y que no estaban estrechamente emparentados con los lobos grises de Norte América.

Es el primero estudio genómico de la especie extinguida Canis dirus o lobo huargo. En este trabajo de investigación ha colaborado Pere Bover, investigador ARAID del Gobierno de Aragón, que desarrolla su actividad en el Instituto de Investigación en Ciencias Ambientales (IUCA) de la Universidad de Zaragoza.

Los lobos huargos (Canis dirus) se extinguieron hace unos 13.000 años, se separaron filogenéticamente de los otros lobos hace unos 6 millones de años y son solo parientes lejanos de los lobos actuales. Coexistieron con coyotes y lobos grises en Norte América como mínimo durante 10.000 años antes de su extinción.

En algún lugar del sudoeste de Norte América durante el Pleistoceno Tardío, un grupo de lobos huargos (Canis dirus) se alimentan de un bisonte recién cazado, mientras que un par de lobos (Canis lupus) se acercan para intentar carroñear algo para comer. Ilustración de Mauricio Antón/Nature.

Esta es la primera vez que se ha obtenido ADN de lobos huargos y ha revelado la compleja historia de estos depredadores de épocas glaciares.

La secuenciación de ADN antiguo de 5 muestras fósiles de lobo huargo de Wyoming, Idaho, Ohio, y Tennessee, con una cronología de entre 13.000 y 50.000 años, ha permitido analizar los genomas de esta especie junto con los de otras especies de cánidos tipo lobo. Esta es la primera vez que se ha obtenido ADN de lobos huargos revelando la compleja historia de estos depredadores de épocas glaciares.

El  trabajo publicado en Nature ha sido realizado por 49 investigadores de 9 países diferentes, liderados por investigadores de la Durham University (Reino Unido) junto con investigadores de la University of Oxford (Reino Unido), Ludwig Maximilian University (Alemania), University of Adelaide (Australia) y la University of California Los Angeles (E.E.U.U.).

 

Referencia del artículo:

Perri, A.R., et al. 2021. Dire wolves were the last of an ancient New World canid lineage. Nature. Publicado online el 13 de Enero de 2021.