Un equipo de científicas, liderados por Kristyn Vitale y Claudia Fugazza, ha demostrado que los gatos pueden imitar las acciones de los humanos, aún bajo condiciones científicas controladas. La habilidad solo se ha visto en otros primates, algunos mamíferos marinos y en loros. El hallazgo, publicado en Animal Cognition, sugiere que la imitación surgió relativamente temprano en la evolución de los mamíferos.

“Es realmente emocionante – explica Vitale en una entrevista –. La gente piensa en los gatos como animales solitarios y antisociales. Pero este estudio refuerza la idea de que nos están observando y aprenden de nosotros”.

Como ocurre muchas veces en ciencia, el descubrimiento se produjo por una afortunada casualidad. Claudia Fugazza, experta en entrenamiento canino y etóloga de la Universidad Eötvös Loránd estaba trabajando con Fumi Higaki, cuando esta última le dijo que había entrenado a uno de sus gatos, Ebisu de 11 años. Higaki le demostró que Ebisu podía copiar acciones familiares, como abrir un cajón de plástico o morder una cuerda de goma. Luego le pidió al gato que imitara nuevos comportamientos. En total la gata copió, en 16 ensayos, la conducta humana con una precisión del 81%.

Fugazza asegura que los gatos tienen la misma habilidad que delfines, orcas y algunos primates lo que sugiere que puede estar muy extendida en el reino animal y ser una característica que haya evolucionando de forma temprana. Y aunque el estudio se realizó en un solo gato, Fugazza cree que es probable que la mayoría de los gatos puedan imitar a las personas. «No creo que Ebisu fuera un genio».