Dos mujeres españolas luchan desde hace años por proteger a los más vulnerables: los últimos chimpancés, bonobos y gorilas libres en África. Itsaso Vélez del Burgo (en la foto superior), directora técnica del CRPL (Centro de Rehabilitación de Primates de Lwiro) en la República Democrática del Congo y Rebeca Atencia, responsable del Centro de Rehabilitación de Chimpancés del IJG en Tchimpounga explican a Quo.es la crisis que están viviendo, cómo intentan denodadamente protegerlos y cómo la pandemia les está dejado sin recursos

A ellos no podemos pedirles que se pongan máscaras

“Los grandes simios son muy vulnerables a contraer las mismas enfermedades humanas, y las infecciones respiratorias son especialmente peligrosas para ell@s «, explica Itsaso Vélez del Burgo. “Si uno solo se infecta de coronavirus, es el final. A ellos no podremos pedirles que se pongan máscaras”, dice Rebeca Atencia a Quo.es

Apenas quedan 1000 individuos de gorilas de montaña, si el coronavirus llega a esta especie, efectivamente se extinguirían

En algunos centros los cuidadores están confinados con ellos. “Hay santuarios como Lola ya Bonobo en Kinshasa dónde han aislado al equipo de cuidadores, nadie puede entrar o salir, para así proteger a los bonobos”, explica Itsaso.

La República democrática de Congo ha cerrado el Parque Nacional Virunga y Kahuzi-Biega, por temor a que sus famosos gorilas de montaña puedan contraer COVID-19  de los humanos. Gabón, profundamente asustado tras haber perdido 15,000 gorilas de tierras bajas en un brote de ébola en 1995, también ha cerrado a cal y canto las puertas de la selva para impedir el contagio.

Sin embargo, el cierre es un arma de doble filo. La mayoría de las más de 1,400 especies incluidas en la lista de especies amenazadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza dependen del turismo para su supervivencia, tanto grandes simios como leones, elefantes y rinocerontes.

¿Los humanos somos su salvación y su condena?

“El cierre al turismo es muy duro para los parques nacionales que albergan los gorilas”, explica Itsaso. “Estos parques dependen de los ingresos provenientes del turismo para realizar sus labores de protección. Para el Parque Nacional KahuziBiega, hasta el 40% del presupuesto dependía del turismo. Para un parque como Kahuzi-Biega, que ya de por sí afrontaba problemas económicos, la pérdida del turismo es un añadido a la difícil tarea que cumplen los guarda parques para proteger este patrimonio de la humanidad. El Kahuzi Biega es hogar de la especie de gorilas más amenazada, Grauer gorillas. Se calcula que quedan 3.800 individuos, su población ha disminuido un 77% en los últimos 20 años. Debido sobre todo a la pérdida o deterioro de su hábitat´.

Ahora más que nunca dependemos de la generosidad de la gente para continuar con las actividades básicas de Centro

¿Ya notáis la falta de estos ingresos?

“Las visitas nos ayudaban con aproximadamente un 50% de los costes de alimentación de los animales. La comida ha subido de precio así como el cambio de la moneda local, agravando nuestra situación económica y la de la población.  Varias de las subvenciones económicas de las que dependíamos para comprar la comida de los animales también han sido suspendidas por el momento. Ahora más que nunca dependemos de la generosidad de la gente para continuar con las actividades básicas de Centro: alimentación y salarios”,  concluye Itsaso.

Un plan para protegerles

Rebeca Atencia es doctora veterinaria y dirige el Instituto Jane Goodall Congo y el Centro de Rehabilitación de Chimpancés del IJG en Tchimpounga

Rebeca Atencia es doctora veterinaria y dirige el Instituto Jane Goodall  en Congo y el Centro de Rehabilitación de Chimpancés del IJG en Tchimpounga

Rebeca Atencia lidera el Centro de Rehabilitación de Chimpancés del IJG en Tchimpounga, Congo y ha dedicado toda su vida profesional al rescate y reintroducción de cientos de chimpancés en la selva. Rebeca responde a nuestras preguntas.

¿Cómo están trabajando en Tchimpounga?

“El coronavirus ya está en el país y la ciudad, y los trabajadores pueden contagiarles. Están en contacto muy directo con los chimpancés y hay que ir a la ciudad a comprar frutas y verduras para ellos. Hemos hecho grupos de cuidadores para cada grupo de chimpancé. Y esos cuidadores permanecen aislados con ellos. Llevan botas, máscaras, trajes con los que intentamos que la protección sea máxima las 24 horas. También hemos dividido el santuario por áreas de colores. Una de esas áreas, por ejemplo, es donde se deja la fruta y la verdura cuando llega de la ciudad, y se desinfecta antes de llevarla a los chimpancés. Tratamos de ser lo más cuidadosos posible. Pero esto no garantiza que no haya contagio”, explica Rebeca.

¿Hasta ahora no ha habido ningún contagio de coronavirus a chimpancés?

“Realmente no se sabe nada. No hay test para ellos. Ni siquiera los tenemos para los cuidadores aún. Pero para los chimpancés es aún más difícil. Los test que miden la inmunoglobulina sirven para nuestra especie. Habría que tener test PCR para ellos. Pero esto es impensable ahora. Sé que ha habido casos en tigres, pero no sabemos qué va a pasar en los grandes simios. Si el coronavirus llega a los chimpancés es imposible controlarlo, no puedes decirles que se pongan máscaras y mantengan distancia social. Les hemos aislado por zonas  pensando en que si surgiera un caso, podríamos aislarle lo más rápidamente posible”

Ha habido una tasa de mortalidad de gorilas muy alta en zonas de turismo activo por enfermedades de transmisión respiratoria como es el coronavirus

¿Es seguro que les contagiaríamos el coronavirus?

«El miedo a contagiarles enfermedades ya existía antes del coronavirus.  Ha habido una tasa de mortalidad de gorilas muy alta en zonas de turismo activo por enfermedades de transmisión respiratoria como es el coronavirus. Es imprescindible que este tipo de turismo se haga con máscaras.  Sabemos que si el coronavirus entra, se va a extender sin freno”

Este enlace de twitter es solo una pequeña muestra de por qué no podemos perderlos.