La cueva de Movile es un lugar poco recomendable para el ser humano ya que, su aire resulta tóxico por sus elevados niveles de sulfuro de hidrógeno y dióxido de carbono. Por este motivo, se estima que no superan el centenar las personas que han estado en su interior.

Esta caverna situada cerca del Mar Negro, fue descubierta en 1986 por funcionarios del gobierno socialista de Rumanía, cuando buscan un lugar idóneo para instalar una central nuclear.

Como todas las cuevas, no es un lugar precisamente soleado. Pero lo que hace tan especial a esta es que, durante unos cinco millones de años estuvo completamente aislada del exterior. Semejante circunstancia ha provocado que en su interior se desarrolle una fauna, cuando menos, peculiar.

Allí habitan escorpiones, extraños ciempiés, arañas… Los biólogos aseguran que al menos 33 de las especies que moran en la cueva son únicas. Y, por supuesto, son completamente ciegas.

Pero Movile es también uno de los pocos ecosistemas conocidos basado en reacciones quimiosintéticas y no fotosintéticas, como es lo habitual. Al carecer de luz, las bacterias que allí viven obtienen su energía de reacciones químicas poco habituales.

Lo que la ciencia aún no ha logrado aclarar es como las especies que allí viven quedaron atrapadas para siempre en el interior de esta cueva.

Ciempiés

Escorpión de agua

Escorpión