Pico metálico

A Uzonka, esta cigüeña rumana, la encontraron con el pico destrozado. En la clínica para animales de Unza tuvieron que intervenirla cinco veces antes de lograr implantarle un pico metálico con el que puede volver a comer y cazar.

Reconstrucción ‘facial’

Beauty es un águila calva a la que un disparo dejó sin la parte superior del pico. Para que sobreviviera, tuvo que ser alimentada por una sonda. El ingeniero Neil Calvin hizo un molde con polímeros de nailon de la parte amputada. La escaneó en 3D y, a partir de ese modelo, diseñó una prótesis de titanio.

Yo tengo muy buena pata

Diseñar prótesis para animales requiere tener en cuenta muchos factores. La pata artificial de esta cigüeña tuvo que fabricarse con aluminio para que no fuera muy pesada y le impidiera volar.

 

Una aleta para Winter

Winter es un delfín que perdió su cola en 2006 al quedar atrapado en una trampa para cangrejos. Tras trasladarlo a un acuario de Florida, los biólogos vieron que lo que era su aleta se había convertido en un muñón, lo cual, al nadar, podía acabar afectando a su columna vertebral. Por eso, encargaron al protésico Kevin Carroll que diseñara una cola artificial. Le llevó año y medio fabricar esta prótesis, que se ajusta como un hueso.

Y Bambi volvió a andar

El ciervo Franklin necesitó dos años de rehabilitación tras ser recogido en una granja de Kansas. Perdió la pata al ser arrollado por un tractor, y tuvo que aprender a mantener el equilibrio con la ayuda de un miembro artificial.

 

Estrenando chaleco

La tortuga Yu fue enviada a un hospital de Kobe después de que un tiburón le arrancara las aletas delanteras. Tras cuatro años, los biólogos han diseñado dos aletas artificiales que van adheridas gracias a un chaleco que está cosido a su cuerpo, para que no se lo quite por accidente.

200 infortunados

Centenares de perros son mutilados en China cada año por accidente,  al quedar atrapados en trampas de furtivos. Por eso, en Chengdu han abierto un albergue en el que, de momento, han acogido a más de doscientos ejemplares. Todos han sido provistos de prótesis con ruedas para sustituir a los miembros perdidos.

Clínica para paquidermos

En Tailandia se encuentra el único hospital del mundo para elefantes. Allí atendieron a Motola, una hembra que perdió una pata al pisar una mina. Durante cuatro años, el animal llevó acoplado al muñón un saco de arena, para evitar que se deteriorasen sus músculos. Ahora, Motola luce una pata artificial que soporta sus tres toneladas de peso.