En el aire. Conocer las leyes que rigen el vuelo de los insectos resulta imprescindible para imitarlos. Un equipo de las Universidades de Oxford (Reino Unido) y Nueva Gales del Sur (Australia) ha conseguido detectar cómo va variando la forma de las alas de la langosta al volar.

Chupópteros. La capacidad succionadora de la trompa de las mariposas inspira a Konstantin Kornev, de la Universidad Clemson (EEUU), para crear unas nanofibras que extraigan fluidos de las células. Algún día podrían incluso “absorber” el ADN.

De pega. Esta mosca pesa 60 mg, y es capaz de elevarse en el aire. En el Laboratorio de Microrrobótica de Harvard (EEUU) crean insectos artificiales basándose en los verdaderos.

¡Fuego! Las larvas del escarabajo Melanophila acuminata se alimentan de madera recién quemada. Los adultos detectan los incendios con unos sensores de infrarrojos que el equipo de Helmut Schmitz intenta copiar en la Universidad de Bonn.