Un nuevo estudio revela que el calentamiento global causará 74 millones de muertes prematuras si no se reducen a cero las emisiones de gases de efecto invernadero

Las emisiones de gases a la atmósfera ya afectan hoy en día a la duración de nuestra vida, y están cambiando el clima del planeta, pero todavía estamos a tiempo de paliar sus efectos. Numerosos estudios ya señalan a los gases emitidos al quemar combustibles fósiles como causantes de numerosas muertes directas, pero hasta ahora ningún estudio había tomado en cuenta todos los factores que acarrean estas emisiones, incluidas las derivadas del cambio climático.

Anteriores análisis auguraban más de 50.000 muertes prematuras en Europa por la contaminación atmosférica. Un nuevo estudio publicado en Nature calcula el coste en vidas sumando los efectos del cambio climático en forma de olas de calor, inundaciones y perdida de cultivos.

El análisis estima que por cada 4.434 toneladas de CO2 liberadas a la atmósfera una persona en el mundo fallecerá prematuramente por algún suceso relacionado con el incremento de la temperatura. La estimación es que se podrían salvar 74 millones de vidas si para 2050 se han eliminado las emisiones de gases de efecto invernadero. En caso de que la tendencia continue como hasta ahora, la temperatura global subirá cuatro grados para final de siglo y las consecuencias serán catastróficas.

Trece personas contaminan los suficiente como para que una muera de manera prematura

De media, en la vida de 13 personas se generan suficientes gases de efecto invernadero como para que una persona muera prematuramente. En los países más contaminantes, como Estados Unidos, las emisiones de solo 3,5 personas es suficiente para que alguien pierda la vida.

Daniel Bressler, autor del estudio, cree que estamos a tiempo para cambiar esto. En sus propias palabras, “me sorprendió el altísimo número de muertes que se producirán. Hay cierta incertidumbre en este apartado, el número podría ser más bajo, pero también muchísimo más alto. Hay una cantidad significativa de vidas que se pueden salvar si se aplican políticas climáticas más agresivas a las habituales”.

A pesar de que su estudio se enfoca en el efecto individual de las emisiones, el Dr. Bressler opina que el foco de atención tendría que estar en las políticas que implican a los gobiernos y empresas. “Mi opinión es que los particulares no deberían de tomarse de manera personal las emisiones individuales. Estas están muy ligadas a la cultura y tecnología del lugar en el que vivimos” concluye el autor.

REFERENCIAS

The mortality cost of carbon