La planta sudafricana Roridula gorgonias tiene un curioso sistema de alimentación. Gracias a sus pegajosas hojas, atrapa insectos que después digiere por “persona interpuesta”. Una especie de garrapata, la Pameridea roridulae, se los come y deposita sus heces sobre la planta, que las absorbe y aprovecha así sus nutrientes. Para conseguir esa curiosa simbiosis, la garrapata ha desarrollado una sustancia que cubre todo su cuerpo y que repele el pegamento vegetal.
Ahora, un grupo de científicos del Instituto Max Planck de Investigación de Metales de Stuttgart y de la Universidad de Kiel , ambos en Alemania, ha descifrado el procedimiento de caza de la Roridula. Sus hojas tienen tres tipos de pelillos: largos y delgados, medianos y gruesos y cortos. Todos ellos secretan un pegamento, cuya adherencia es inversamente proporcional a la longitud del pelo, hasta el punto de que el líquido de los cortos es hasta 9 veces más potente que el de los largos.
Como ejemplo, un centímetro cuadrado de una capa de una 130 millonésima de milímetro de espesor puede soportar un peso de 1,5 kilos.
Al acercarse a la planta, los insectos se enganchan primero en los pelos más largos y, al intentar soltarse, van rozando los de mediana longitud y, finalmente, los más pequeños, en cuya potente “cola” quedan irremisiblemente adheridos.
Los investigadores consideran que el proceso puede utilizarse como base para fabricar nuevos tipos de adhesivos.

Pilar Gil Villar