Uno de los rasgos de la personalidad común en la naturaleza y que se hereda de padres a hijos es la timidez. Y es que, aunque pueda parecer “negativa”, varios estudios en animales han demostrado que tiene ventajas. Por ejemplo, los individuos que huyen del riesgo reducen las posibilidades de ser capturados por los depredadores. Así, en la investigación de Lázsló Garamszegi se demostró que los más audaces eran el doble de fáciles de capturar que los más retraídos.

Redacción QUO