De hecho, una investigación realizada en 45 hembras de canario por el Instituto de Ornitología del Max Planck, en Alemania, en colaboración con el Royal Holloway y la Universidad de Londres, comprobó que un canto “sexy” es decir, que indica una buena calidad reproductiva de la pareja, influye en el tamaño del huevo y parece estar relacionado con el sexo de la cría. Así, si la canción que provenía del macho mientras hacían la puesta era atractiva, los huevos eran más grandes.

A corazón abierto

Para Manuel Soler, catedrático de Biología Animal de la Universidad de Granada: “El canto es un sistema de comunicación basado en la emisión de señales honestas: es una señal costosa con la que no se puede engañar. Un individuo débil o enfermo no podría estar cantando durante mucho tiempo ni hacerlo con una fuerza por encima de sus posibilidades, aunque quisiera; el cansancio no tardaría en vencerlo. Es decir, el macho que canta mucho y fuerte es porque está en buena condición física”.

No en balde, hay especies como el chochín ( Troglodytes troglodytes), que se pasa el 70% del día tarareando, y a pesar de que no mide más de 10 centímetros de largo, la potencia de su sonido es diez veces superior a la de un gallo. También hay algunas especies, como el cuitlacoche rojizo, que vive en EEUU y México, que tienen un repertorio de hasta 2.000 canciones, mientras otros, como el gorrión ( Ammodramus henslowii) solo sabe una.

Redacción QUO