El 50% del petróleo que termina en las costas procede de escapes que se producen de forma natural en los depósitos submarinos. El ocanógrafo Christopher Reddy, de la Institución Oceanográfica Woods Hole (EEUU), encontró casualmente uno de esos fenómenos frente a la costa de Santa Bárbara y ha estudiado su evolución.

El proceso que sigue el crudo hasta volver a caer en parte al fondo marino aporta una valiosa información para combatir de forma más eficaz la contaminación producida por accidentes. Uno de los principales descubrimientos de este estudio es que,antes de que el petróleo alcanzara el lecho marino, aproximadamente 1.000 de sus compuestos ya habían sido devorados por los microbios que habitan entre las rocas del subsuelo.

Pilar Gil Villar