Los huracanes son uno de los fenómenos meteorológicos más poderosos y destructivos que existen. Sin embargo, no todas las zonas del planeta son aptas para su formación y desarrollo. Suelen producirse en regiones tropicales y, además, necesitan que la temperatura del agua sea la adecuada para crecer hasta alcanzar su máxima potencia.

Texto de @MarGomez. Doctora en Físicas. Responsable del área de meteorología de @eltiempoes

En España y Europa los huracanes no suelen ser noticia. En ocasiones, pueden llegar los restos de alguno de ellos como borrascas o ciclones extra-tropicales, pero no suelen mantener su estructura al cruzar de vuelta el Atlántico. Sin embargo, Europa cuenta con aguas cálidas, las del Mediterráneo, lo cual nos hace preguntarnos ¿sería posible la existencia de un huracán en este mar? Hoy os hablamos de los Mediterranean Hurricanes o Medicanes.

¿Cómo se forman?

Para poder entender cómo se formar estos “huracanes” lo primero que hay que conocer es que en la atmósfera hay principalmente cuatro corrientes de viento muy intensas –dos en cada hemisferio- llamadas corrientes en chorro y situadas entre 10-12 kilómetros de altura. Cada una de ellas se sitúa en torno a 60ºC (corriente en chorro polar) y 30ºC (corriente en chorro subtropical), de tal modo que la primera confina el aire frío de los polos y la segunda el aire cálido subtropical. La corriente en chorro polar es la que afecta a España y puede ocurrir que, en ocasiones, se ondule tanto que parte de ella se “rompa” aislando aire frío en esas capas altas y descolgándolo hacia nuestras latitudes.

tormenta sobre el mar

Cuando esa bolsa de aire frío llega al Mediterráneo – un mar caracterizado por tener el agua especialmente cálida – se produce una fuerte convección, generando evaporación y movimientos ascendentes que dan lugar a poderosas nubes de tormentas y por lo tanto a lluvias muy intensas. Esto suele producirse desde finales de verano, cuando las aguas aun están cálidas, hasta el invierno.

Diferencias y similitudes: Huracán vs Medicane

Sin embargo, estrictamente los medicane no son huracanes, ya que estos se caracterizan por tener un núcleo cálido tanto en su base como en altura. En cambio, los medicanes se originan a partir de un embolsamiento de aire frío en altura. Además, los primeros se mueven de este a oeste y los segundos, al contrario. A pesar de no compartir esta característica, su desarrollo es parecido. Suelen tener aspecto de ciclones tropicales, con bandas nubosas en espiral o incluso con un ojo en su parte central.

La velocidad del viento en un medicane puede estar alrededor de los 80km/h con rachas de hasta 150km/h y aunque son valores altos, nada comparable a los huracanes con categoría 3 o superior cuyos vientos suelen ser como mínimo de 200 km/h. A pesar de ello, pueden provocar graves daños, como el que se produjo en noviembre del año pasado y que se cobró más de veinte víctimas tras su paso por Grecia.