Las profundidades abisales de los océanos siguen siendo lugares no suficientemente explorados, y poblados por criaturas realmente extrañas para nuestros parámetros. Y, ahora, una expedición de la Universidad de Newcastle ha descubierto en la fosa marina de Atacama, la existencia de tres nuevas variedades de peces fantasmas o gelatinosos de la familia Liparidae.

Estos peces viven a unos 7.500 metros de profundidad y, entre sus características comunes, poseen unos cuerpos traslúcidos y sin escamas, que parecen hechos de gelatina. Y tienen también unos ojos muy pequeños. Los investigadores lograron además traer a la superficie un ejemplar vivo.

Pero, pese a vivir a tales profundidades, los expedicionarios advierten de que estos peces abisales tampoco están libres del riesgo de contaminarse con microplásticos. Y es que la huella de la polución humana está llegando incluso hasta tan remotos lugares.

Fuente: IFL Science.

Vicente Fernández López